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Laboratory mechanics: when the electromedicine expires

Laboratory mechanics: when the electromedicine expires

 

En Mecánica Curiel, empresa en Barcelona dedicada desde el año 1972 a la fabricación de mecanizados varios y montajes de precisión, consideramos de suma importancia la responsabilidad del uso de nuestros productos y servicios, así como las posibles afectaciones que éstos puedan generar en el decurso de su esperanza de vida sobre las personas que los utilicen, y su impacto en el medioambiente.

Por ello, como amplios entendidos en el campo de la electromedicina, por el desarrollo en nuestras instalaciones de instrumentos de laboratorio, creemos que es un deber propio informar adecuadamente a nuestros clientes, y al público en general; y dar a conocer cuáles son los pasos y recomendaciones a seguir, una vez la vida útil de los aparatos de esta índole ha terminado. Ya sea por desgaste, caducidad tecnológica de sus componentes o, simplemente, porque se rompen y no hay medio para repararlos (tecnología sanitaria del 2014).

Aunque el impacto concreto de los elementos que pueden llegar a formar la totalidad del instrumento médico no sea única y exclusivamente dependencia de una sola empresa, (es el caso de muchos procesos de construcción final de equipos, los cuáles se hacen en distintas etapas y en distintos lugares, como resultado de ser elementos auxiliares [enllaçar post importancia procesos de mecanizados que parla sobre aquest treball en cadena]); todas las empresas de mecanizados que destinan sus esfuerzos en fabricar recursos para laboratorios aplicados a este campo, deberían obrar con suficiente experiencia para asesorar a sus clientes sobre los riesgos que conlleva dar de baja definitiva estas piezas.

Un ejemplo de esto lo encontramos en los últimos informes de la Sociedad Española de Electromedicina e Ingeniería Clínica (SEEIC), quiénes han denunciado recientemente la mala praxis actual en España en tecnología sanitaria. ¿Qué debería suceder con los instrumentos que por avance técnico han quedado obsoletos? ¿Y si realmente no funcionan? ¿Debemos reciclarlos? El dato es este, al año se reciclan en nuestro país más de 400 toneladas de residuos de electromedicina.

Si los equipos aún son útiles, existe la posibilidad de enviarlos a países con pocos recursos médicos, donde la legislación permite este aprovechamiento. Lo que se diría realizar una obra social.

Si no funcionan, el reciclaje es la opción óptima y más beneficiosa para todas las partes. Con ello, se garantiza el aprovechamiento de materias primas, algunas escasas y de difícil tratamiento; el ahorro de recursos naturales, y la gestión adecuada de esos residuos para minimizar su impacto sobre el medioambiente. De cada aparato de electromedicina, se puede llegar a aprovechar hasta un 96%. Entre ese alto porcentaje, se recicla y se le da el uso debido a parte de la tarea que realizamos en nuestra empresa de mecanizados.

Del mismo modo que, en nuestra empresa, es aplicable la información en el campo de la electromedicina por trabajar la fabricación de instrumentos mecanizados para laboratorio, hay muchos más sectores donde la influencia de estas piezas es igual de perjudicial (a largo plazo) para su entorno.

En Mecánica Curiel queremos operar con el compromiso y la responsabilidad que nos avalan, y con la garantía de la buena calidad de nuestros productos y servicios, pero no por ello debemos olvidar que todos formamos parte de este mundo que hay que cuidar y respetar para las generaciones futuras, y las explotaciones indebidas de recursos que pueden llegar a causar males en nuestra sociedad, son un precio evitable a pagar si obramos con diligencia. En este caso, el campo de la electromedicina y el mundo, en general, nos lo agradecerán.

 

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